Energía: nuestra marca Caloraks

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Para energías de origen biológico

La actividad de Akiolis consistente en recoger y procesar los productos derivados orgánicos procedentes de la cadena alimentaria implica uno de los mayores desafíos del planeta: satisfacer una demanda energética cada vez mayor y producir energía renovable con miras a preservar los recursos fósiles, por naturaleza limitados.

Aprovechar el potencial energético de la biomasa animal

Por naturaleza, la materia orgánica animal tiene un potencial energético elevado debido a su alto contenido en proteínas y lípidos.

Calor y electricidad: nuestras grasas y nuestras harinas animales comercializadas con la marca Caloraks by Akiolis —tras pasar un proceso que asegura su total inocuidad sanitaria y que garantiza su trazabilidad, de conformidad con el Reglamento (CE) n.º 1069/2009— se utilizan como biocombustibles en la actualidad:

  • Las harinas animales —con un poder calorífico equivalente a un 45 % del que posee el gasóleo pesado— alimentan los hornos de las plantas cementeras. Por lo tanto, una tonelada de harina permite ahorrar 450 kg de gasóleo pesado y, en consecuencia, disminuir las emisiones de CO2 correspondientes.
  • Las grasas animales poseen un poder calorífico aún mayor: 95 % del que posee el gasóleo pesado. Se utilizan en las centrales térmicas o en las centrales eléctricas para producir calor o electricidad. Una tonelada de grasa permite ahorrar 950 kg de gasóleo pesado y, en consecuencia, reduce las emisiones de CO2 correspondientes. 

Un círculo virtuoso

Las salidas para la reutilización de los materiales de origen animal en energías «limpias» encuentran naturalmente su lugar en el círculo virtuoso del desarrollo sostenible.

Circunscriben nuestras actividades en una nueva cadena de valor, permitiendo reducir los costes de recogida a los criadores y a las industrias cárnicas que poseen los materiales en cuestión (animales encontrados muertos en las explotaciones ganaderas y materiales de riesgo).